Poder y dinero, ¿pueden hacernos felices? Nuestro deseo constante de más es parte de nuestra naturaleza humana. ¿Cuál debería ser el límite?
Unos dicen que es un legado útil de la evolución; otros, que es un error en el programa genético. El viejo pecado capital de la codicia parece más actual que nunca. ¿Por qué algunos seres humanos no tienen nunca suficiente? ¿A dónde conduce tal desmesura? ¿Se puede romper el círculo vicioso de la satisfacción de las necesidades?
"A las personas les gusta poseer cosas, pues les da la sensación de vivir eternamente". Son palabras del psicólogo social estadounidense Sheldon Solomon, para quien el fetichismo de la mercancía y la fiebre consumista actuales son nefastos. En la era del ego, quien no consigue satisfacer sus deseos materiales, recibe el sello...
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